Café de El Salvador para el mundo

Foto cortesía

Chipe, es el primer negocio cafetalero salvadoreño que abre en Taiwán.

Lenny Castro

El aroma y sabor del café salvadoreño próximamente se degustará en Taiwán, gracias al trabajo de Juan Andrés Dürler Escobar, salvadoreño con raíces migueleñas y radicado en Taipéi desde hace 5 años.

Dürler, fue uno de los beneficiarios de las becas que otorgó Taiwán en 2013, antes que El Salvador rompiera todo vinculo con dicho país en meses recientes.

Su historia es una búsqueda de la superación constante.

Él, relató para El Metropolitano Digital que su vida desde muy temprano ha transcurrido fuera de su terruño debido al trabajo de su padre “…siempre era el extranjero allá donde iba”. Explicó; sin embargo, eso no ha sido una excusa para disminuir el amor por su país y creer que es una tierra que tiene un valor incalculable y le puede dar muchas cosas buenas al mundo.

Su juventud transcurrió entre Estados Unidos y El Salvador, ahora sigue su curso entre El Salvador y Taiwán. En el país asiático se graduó en junio recién pasado de la carrera de Negocios Internacionales. Pero antes de finalizar la carrera ya tenía entre manos un plan que le permitiría dar proyección a la calidad del trabajo salvadoreño.

Fue así como nació Chipe, un proyecto emprendedor que centra sus esfuerzos en introducir y dar a conocer el café salvadoreño en el mercado de Taiwán.

“No hay árbol bueno que pueda dar frutos malos…”

Después de un concienzudo estudio del mercado y la elaboración de un plan de negocios, para echar a andar el emprendimiento Juan Andrés se asoció con Rodrigo Giammattei, reconocido productor y barista salvadoreño, quien ha estado trabajando por mejorar la calidad del café en el país.

El trabajo de Rodrigo, como director de la escuela de café de El Salvador, además de sus logros como barista y catador le han hecho ganar reconocimiento en toda la región latinoamericana. Fue el primer juez certificado de Latinoamérica para la competencia mundial de baristas por la World Barista Championship y uno de los 250 catadores certificados como Q Grader por el Coffee Quality Institute.

Es así como las credenciales de ambos jóvenes se unen para dar respaldo a su negocio naciente.

La historia del nacimiento de Chipe tiene mucha relación con los hábitos migratorios de dicha ave que viaja desde países como Canadá o Estados Unidos a lugares como El Salvador. Esa fue la forma de identificación de Juan Andrés, como salvadoreño en el exterior, él es un Chipe y su contraparte en el país es Giammattei.

Ambos están trabajando de la mano, desde las distintas fronteras y poniendo en prácticas sus conocimientos y habilidades para dar a conocer la calidad de nuestro café.

La simbiosis Dürler – Giammattei es la que ha hecho posible ser los pioneros en abrir una empresa con dichas características en Taiwán.

Cada uno tiene un rol fundamental en la asociación, Dürler es “las botas en la tierra de Taiwán” (como lo han denominado ellos) quien conoce el mercado y cultura taiwanesa. Es el encargado de hacer los contactos, abrir caminos según las características de los compradores y explotar de alguna forma la relación que El Salvador y el país asiático entablaron.

Mientras que Giammattei “es las botas en la tierra en El Salvador” el que va a las fincas a diario, vigila y trabaja por conservar la calidad del producto en busca de mantener el reconocimiento de que El Salvador produce café Gourmet.

Es en esa búsqueda, que casi ven culminado su sueño, esperan poder exportar el primer contenedor con granos de café a finales de septiembre del año en curso. Parte del proceso fue aprovechar el apoyo que el gobierno de Taiwán le dio al de nuestro país para participar en ferias internacionales de café y lograr estrechar relaciones, actualizarse y encontrar posibles clientes.

Según las propias palabras de Dürler, éste es un mercado virgen para El Salvador. “Actualmente soy el primer salvadoreño que abre una empresa en Taiwán… y me siento bastante confiado de lograrlo, me he estado preparando para poder conseguir eso… sé que no será fácil, pero gracias a la embajada de Taiwán lo estamos logrando.” Puntualizó.

Taiwán, un país de puertas abiertas

Un factor a favor del plan de negocios que tanto Juan Andrés Dürler como Rodrigo Giammattei están llevando a cabo es la política de puertas abiertas que mantiene Taiwán.

“Cuando ellos aceptan hacer negocios contigo es una relación a largo plazo… ellos tratan de fortalecer la estructura y relación entre productor y comprador. El apoyo que da el gobierno de Taiwán es algo que no se tiene en otros países y por eso estoy muy agradecido con estas entidades …” Explicó Dürler.

Fue ese apoyo uno de los principales incentivos para que tanto él como su socio se arriesgaran en dicho mercado, Juan Andrés, reveló que la inversión para fundar la empresa es capital personal de ambos socios. No hay financiamientos externos. De ahí que Chipe ha tardo su tiempo en alzar el vuelo, pero tanto su socio como él están conscientes que para tener éxito hay que arriesgarse y trabajar con altos estándares de calidad.

Un punto a su favor es que el café a exportar no es comercial y es un producto de especialidad.

Además, están explotando las diferentes herramientas tecnológicas que les permitan un buen funcionamiento de la logística que implica llevar café hasta allá y generar empleos para compatriotas en el país.

Según sus cálculos con esta operación cuentan con 2 personas permanentes en la planta al año, en el beneficio dan empleo por estación a cerca de 5 mujeres y en el campo a por lo menos 12 jornaleros. En total por cada contenedor que se exporta dan empleo a cerca de 19 personas.

Parte de su estrategia es personalizar el producto y que en el mundo se conozca que el café es más que un grano, tras de cada uno hay una historia de gente salvadoreña “buena y trabajadora”.

Con este negocio tanto Juan Andrés como Rodrigo quieren poner en alto el nombre de El Salvador, están preparando una campaña publicitaria que les permita proyectar al país y a su gente allá donde otras personas disfruten el grano que ellos exporten.

El plan

La idea de Juan Andrés Dürler es volver a Taiwán una base de negocios, pero a largo plazo siempre se ve volviendo a El Salvador, todo lo que ha estudiado y aprendido de la cultura siempre ha sido para ponerlo en práctica.

Junto con su socio buscan principalmente, reactivar la exportación del café, volver a Chipe un motor para la generación de empleo y un referente de calidad.