Descubren en Montecristo nueva especie de cactus para la ciencia

El Metropolitano Digital

El Museo de Historia Natural de El Salvador (MUHNES), dio a conocer –el 4 de octubre de 2018- el descubrimiento de una nueva especie para la ciencia denominada “Deamia” (cactaceae) de la región mesoamericana o Deamiamontalvoae, colectada en el Parque Nacional Montecristo, Metapán, Santa Ana.

El descubrimiento fue realizado por los biólogos del MUHNES, Gabriel Cerén y Jenny Menjívar; y los biólogos Miguel Ángel Cruz y Salvador Arias del Jardín Botánico del Instituto de Biología de la Universidad Autónoma de México (UNAM).

 La Deamia es descrita como un cactus tipo “arbusto trepador que crece sobre rocas o árboles.

Presenta tallos cilíndricos y es ampliamente ramificado; los tallos jóvenes son de color rojizo o verde-rojizo;  los tallos maduros son verde lustroso, péndulos o expandidos con más de 1.5 metros de la largo, se observan raíces adventicias no fuertemente adheridas al sustrato, costillas de 7-8, 1-1.5 cm de alto, con margen agudo, las areolas 0.2-0.3 cm en diámetro y la distancia entre cada una va desde 0.5-2.0 cm, con 7-13 espinas de 0.4-2.6 cm de largo, algunas espinas se renuevan y son de color amarillento con la punta rojiza que cambia a gris o negro con la edad. Las cerdas tienen una longitud de 0.5-1.5 cm, abundante, amarillenta a blanquecina tornándose blancuzcas en la madurez y son persistentes”.

Las flores de la Deamia “son solitarias, surgen de la zona subapical de la areola, miden de 23 a 30 cm de largo y con forma de embudo, la zona del pericarpelo mide de 2.0-2.2×1.5-1.8 cm, con 8-10 series de podarios, las brácteas miden de 1.0-1.5×0.5 mm., deltoides, verdes, totalmente cubiertas por cerdas y pelos (0.5-3.0 cm), de color café dorado, verdes con un tono café, rojizo en antesis, podarios decurrentes poco visibles.

Los tépalos externos son en forma de lanza de color café-amarillento, tépalos internos oblongos, blancos. El fruto mide 5−6 × 4−4.5cm, globoso a ovoide, con oxidación rojiza al corte, totalmente cubiertos con cerdas y pelos, fragante y de sabor dulce. Semillas ovadas café oscuras, lustrosas”.

 Las flores se encuentran en estado silvestre entre los meses de marzo a abril y los frutos se empiezan a dar en abril y están maduros entre julio a agosto. La Deamia se encuentra en bosques tropicales deciduos y en zonas de transición con bosques húmedos, en sitios rocosos, farallones, trepando o como epifitas en diferentes especies de árboles, en altitudes de entre  600-1200 msnm.

Hasta el momento, la Deamiase distribuye entre El Salvador (Santa Ana), Guatemala (Huehuetenango) y México (Chiapas) entre zonas montañosas desde la sierra madre del sur de México a Guatemala y Alotepeque-Metapán en El Salvador.

Con base a los criterios de las categorías de la lista roja de la UICN (que significa), la especie nueva se encuentra en peligro de extinción debido a su distribución aislada, cubriendo un área menor a 5,000 km2. Solamente en El Salvador una porción de la población silvestre de esta especie se encuentra protegida dentro del Parque Nacional Montecristo.

Para realizar el análisis de las diferentes partes morfológicas que presenta esta nueva especie el personal del MUHNES realizó viajes de campo para recolectar datos fenológicos (periodos de floración y fructificación), mediciones de sus flores y frutos, además de obtener especímenes para las colecciones de herbario.

Fue en el Instituto de Biología de la UNAM, donde se realizaron los análisis moleculares y de microscopia electrónica, para proceder a comparar la este nueva especie descubierta, con las otras especies descritas ya para el género Deamia.

La especie es dedicada en honor a doña Edy Albertina Montalvo, por su legado en el estudio de las plantas, por ser la primera mujer salvadoreña en dedicarse y apasionarse por el estudio de la botánica, su tiempo de trabajo como curadora del herbario ITIC de la Universidad de El Salvador, lo dedicó a la conservación de las muestras y a la formación de nuevas generaciones de biólogos.

El MUHNES agradece a la directora del Parque Nacional Montecristo, maestra Maritza Guido, por facilitar el apoyo de campo necesario en las múltiples visitas a las poblaciones dentro del parque;  a Fredy Magaña por el monitoreo de la especie dentro del parque; a L. Cabrera del Instituto de Biología de la UNAM,  por el apoyo técnico en el laboratorio molecular; a  B. Mendoza y Y. Morales Instituto de Biología, UNAM,  por su apoyo técnico en la microscopia electrónica; y el apoyo parcial provisto por DGAPA, PAPIIT (IN208315 to S. A.).

Estos resultados ponen de manifiesto la importancia de continuar estudiando la biodiversidad cuscatleca, confirman que somos un territorio rico y con nuevas especies de flora y quizá fauna, en espera de ser descubiertas, las cuales poseen todo un potencial alimenticio, medicinal, ornamental, ritual a ser puesto a disposición de los humanos, siempre de manera controlada.