Relato | Pagué $0.50 centavos en el SITRAMSS ¿Es eso legal?

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Relato | Denuncia anónima redactada en primera persona

Tuve una semana de afán. Gracias a Dios conseguí un ingreso extra a parte de mi trabajo habitual que me permitirá cubrir algunos gastos.

Pero un día de esa semana cambié de cartera (normal en nosotras las mujeres) y olvidé la billetera con todos mis documentos y dinero en el otro bolso. Salí de casa tan apresurada que me di cuenta de mi olvido cuando iba a muchas cuadras lejos de mi casa. Con justa razón me gané el reproche de mi esposo porque una no puede andar por la calle sin identificación alguna.

Inmediatamente recordé que tenía que regresar a mi hogar en transporte colectivo y la tarjeta del SITRAMSS quedó en la billetera. ¡Por Dios! Cargaba una mochila con una computadora, accesorios  tecnológicos y mi celular -que sí bien no es el modelo más reciente- no vale menos de $300 y aún lo estoy pagando.

Para los que viajamos en colectivos y usamos el SITRAMSS, sabemos que la diferencia entre cada uno en cuestión de seguridad es abismal. Jamás se me ocurriría contestar una llamada telefónica en el bus; pero sí lo hago en el bus articulado. Estaba frita. No tenía la tarjeta del SITRAMSS, no cargaba el dinero suficiente para regresar a casa en UBER y me tocaría abordar el colectivo pidiendo a Dios que no fuera víctima de asalto.

Una amiga me dio aventón hasta el Centro Comercial La Campana. Me coloqué la mochila con la computadora en la espalda, cerré todos los zippers de mi enorme cartera y me dirigí a la parada de autobuses.

Estando ahí -y después de esperar algunos minutos el autobús que nunca pasó- recordé que mi esposo me aconsejó comprar una tarjeta nueva del SITRAMSS y recargarla; así viajaría segura y tendríamos otra tarjeta para emergencias.

Caminé hasta la estación del Salvador del Mundo y rápidamente identifiqué a una empleada del SITRAMSS; una chica que orienta a los usuarios sobre el uso de las unidades. Mi error -creo- fue decirle que había olvidado la tarjeta y que necesitaba abordar la unidad.

Esta fue la conversación:

-Fíjese que sistema no hay ahorita, me dijo.

-Bueno, me tocará darle el dinero del pasaje a alguien y que me haga el favor, contesté

-Yo le puedo dar entrada, dijo

Vi que cargaba en sus manos una tarjeta del SITRAMSS y el vigilante le ordenó que le diera pase a dos señoras de aspecto humilde.

-¿Entonces, le doy a usted $0.35 centavos?, le pregunté, consiente que el pasaje del SITRAMSS vale $0.33 pero para redondear….

-No, así vale 0.50 centavos, me contestó.

-¿Y lo que sobra se lo reparten ustedes?

-Nooo, es por el favor que le estamos haciendo, porque con ese dinero después recargamos nosotros la tarjeta

-¿Y eso es legal?

-Es un favor que le hacemos

Sin más, le dí un dólar. Me dio el vuelto y me quedé con la sensación si de verdad eso fue un favor o una pequeña estafa. Abordé la unidad y pensé que existe una complicidad entre ella y el vigilante…no lo se.

Decidí contar esta historia  -que a la vez sirva de denuncia pública- porque la corrupción se dan en todos los niveles. Desde la grada más baja hasta la más alta. $0.50 centavos no es nada, fue más el hecho en sí y sabrá Dios que otras cosas habrá ¡Qué jodidos estamos!