Marisol Estrada: La mujer que convirtió la nostalgia en fuerza y los sueños en luz para su pueblo

Reportaje especial Por: Bayron Romero

Periodista destacado en Los Angeles California

Santa Ana la vio nacer, entre calles cálidas y voces que cantaban historias de esperanza. Allí, una niña llamada Marisol Estrada descubrió que la vida podía vivirse cantando. Mientras otros jugaban, ella soñaba despierta: soñaba escenarios, soñaba micrófonos, soñaba aplausos. Pero sobre todo, soñaba con pertenecer, con ser parte de algo más grande.

“Desde muy pequeña yo tenía el deseo de la actuación, de cantar… de participar en todo”, recuerda. Esa niña que se ofrecía para cada acto escolar no tenía idea de que, algún día, aquella chispa sería la misma que la impulsaría a servir, a representar y a abrazar a su gente dentro y fuera de El Salvador.

El viaje que partió su vida en dos

La vida la llevó lejos, muy lejos de las calles donde aprendió a soñar. Marisol emigró a Los Ángeles, California, donde formó un hogar, se casó y se convirtió en madre de dos hijos, un niño y una niña, a quienes describe como “sus motores”.

Migrar siempre tiene un precio: nostalgia, lucha, sacrificio. Pero Marisol decidió que esa nostalgia no sería un peso, sino una fuerza.

Y así, en medio de la vida diaria, comenzó a integrarse en eventos, fundaciones y organizaciones que trabajaban por los salvadoreños dentro y fuera de Estados Unidos. No buscaba reconocimiento, solo buscaba tender la mano. Y su presencia empezó a hacerse notar.

Una corona que nació del corazón

Un día, la vida le regaló una oportunidad inesperada: participar en un certamen de belleza. Con humildad y gracia, obtuvo el segundo lugar como Dama de la Elegancia. Aquella experiencia, más simbólica que competitiva, abrió una puerta que cambiaría su historia.

La presidenta de Metapanécos Unidos, Ana Hernández, vio en Marisol algo más que una mujer elegante: vio entrega, humanidad, cercanía. Fue así como la nombró Reina de la organización, un título que Marisol llevó con honor hasta los cantones más humildes de Metapán, El Salvador, donde entregó juguetes y compartió con niños que, como ella una vez, también sueñan con un futuro mejor.

Este año, en agosto de 2025, durante la coronación de la nueva representante, ocurrió un gesto que la marcó profundamente: Marisol Estrada fue nombrada Reina de por Vida de Metapanécos Unidos.

Un reconocimiento que no mide belleza, sino alma.

El lugar donde siempre regresa

Pero quizá donde más se ve el corazón de Marisol es en un sitio sencillo, silencioso y olvidado: Apanchacal, en Santa Ana, un hogar público para adultos mayores sin familia.

Ella llega sin cámaras, sin prensa, sin protocolos. Llega con comida, con canastas, con regalos según la época, pero sobre todo, llega con cariño.

“Ellos ya me conocen”, dice con ternura. Y es que en esos pasillos donde viven quienes un día lo dieron todo, Marisol encuentra el motivo más puro para seguir, para no olvidar de dónde viene, para agradecer lo que tiene.

Diciembre: el mes donde la luz se multiplica

Diciembre de 2025 será un mes especial. Marisol viajará nuevamente a El Salvador para entregar juguetes a niños de diferentes comunidades, junto a la nueva reina de la organización.

No es solo una entrega: es una fiesta para el alma. Habrá payasos, dulces, personajes infantiles, piñatas, Santa Claus y su esposa… una explosión de color y alegría pensada para que cada niño olvide, al menos por un día, cualquier carencia.

El gran evento será el lunes 15 de diciembre a las 3:00 p.m. en el Parque de la Familia, Metapán.Ese día, Marisol no será solo una reina: será una mujer que regresa a abrazar a su pueblo.

La música como segundo corazón

Entre viajes, eventos y ayuda social, Marisol guardaba un sueño que nunca murió: cantar. Este año lo hizo realidad con el lanzamiento de su canción “Mi Cumbia”, disponible en YouTube e Instagram.

El tema la llevó incluso a la televisión, al canal 57.1 de Visión Latina, de Los Angeles California, donde compartió su música con miles de televidentes. Y ahora, mientras prepara su viaje a El Salvador, siente que es el momento perfecto para grabar un nuevo tema, también en cumbia.

La niña que soñaba con cantar desde un escenario escolar hoy sigue soñando, pero de pie, más fuerte, más segura.

Una vida dedicada a iluminar

La historia de Marisol Estrada no es solo la historia de una mujer que persevera. Es la historia de una salvadoreña que abraza, que canta, que entrega.

Es la historia de alguien que nunca olvidó a su gente, aun viviendo a miles de kilómetros.Es la historia de una reina que no necesita corona para brillar.